Mikujy, la start-up que aboga por la sobriedad digital

Antes de crear su propia empresa en 2020, Iván Mariblanca Flinch trabajó para lo que él describe como el lado oscuro del medio ambiente.
«Aeronáutica, petróleo, tabaco… ¡podría decirse que lo he hecho todo!», bromea el empresario de 28 años.

Hoy en día, MIKUJY ayuda a las PYME y a las grandes empresas, incluso más allá de las fronteras suizas, a medir el impacto medioambiental de sus equipos informáticos: «Aunque muchas empresas comunican su huella de carbono, a menudo ésta se centra exclusivamente en el CO2 emitido directamente y no tiene en cuenta la fabricación de los equipos ni su fin de vida y posible reciclaje. Sin embargo, estas dos etapas representan hasta el 80% del impacto medioambiental de una empresa.

Pionera en el mercado europeo, MIKUJY cuantifica no sólo las emisiones de gases de efecto invernadero, sino también el consumo de energía, agua y recursos naturales de los sistemas informáticos.
Una vez medido el impacto de la infraestructura informática, la start-up, que ahora tiene seis empleados, ayuda a sus clientes a aplicar una estrategia de sobriedad digital, que incluye la compra de equipos energéticamente eficientes con ecoetiquetas, la mejora de la gestión del almacenamiento de datos y la formación de los equipos.
Todas estas actividades de consultoría deberían, en última instancia, permitir a las empresas ser autosuficientes.
«Somos una empresa tecnológica. Nuestro objetivo no es convertirnos en consultores permanentes, sino dar a nuestros clientes las claves de comprensión para que luego puedan gestionar ellos mismos su estrategia digital», concluye Ivan.